El trabajo del osteópata en el campo de la fertilidad, es como el trabajo del agricultor que comprende y cultiva la tierra.
Trabajamos los tejidos como él la tierra, liberándolos de restricciones, devolviendo la movilidad a los órganos para facilitar que la sangre junto a la linfa lleguen con nutrientes, hormonas y oxígeno, liberándolos de toxinas y CO2.
El agricultor sincroniza los ciclos de la luna con sus siembras, de la misma forma que nosotros sincronizamos a la mujer con su ciclo menstrual.
Quitamos las malas hierbas, como creencias sobre la maternidad, la sexualidad, la feminidad o vivencias pasadas que han quedado impresas en la memoria celular.
Como a cualquier semilla, preparamos el terreno para que la vida se exprese.
Todo nuestro trabajo es manual, complementario a cualquier tratamiento médico de fertilidad.