La osteopatía tiene un papel importante como tratamiento conservador en el bebé recién nacido, en el bebé lactante y en la infancia temprana.
Razones por las que puede ser beneficiosa la osteopatía pediátrica
Ya sea parto o cesárea el nacimiento es la primera gran experiencia de estrés físico-psíquico del bebé. En nuestra especie el canal de parto es estrecho debido a la postura bípeda que hemos adoptado a lo largo de nuestra evolución.
El bebé goza de una gran plasticidad y capacidad de adaptación, permitiéndole salir por la pelvis de la madre. No obstante, en ocasiones y por diversas razones pueden aparecer complicaciones durante el parto por malposiciones del bebé, del cordón umbilical, por alteraciones funcionales en la pelvis de la madre, problemas placentarios, etc. En algunas de estas situaciones el ginecólogo puede verse obligado a realizar un parto instrumentado con ventosas, fórceps o realizar una cesárea de emergencia, siendo por lo tanto un parto más traumático para el bebé y la madre.
Independientemente del tipo de parto (vaginal, cesárea, instrumentado) es frecuente que se establezcan disfunciones de origen traumático en el bebé (principalmente a nivel craneal) que se irán resolviendo a medida que el bebé se desarrolla gracias a su gran adaptabilidad. En este momento la succión durante la lactancia adquiere un papel fundamental para el correcto desarrollo del cráneo, cara y el equilibrio de todo su sistema corporal.
Sin embargo en ocasiones estos mecanismos naturales no son suficientes para terminar de resolver una disfunción. Si esto ocurre el sistema corporal del bebé continuará su desarrollo mientras se adapta a la memoria traumática no resuelta, lo que implicará un mayor gasto de energía y hasta alteraciones en su normal desarrollo, como pueden ser desequilibrios posturales. Estas disfunciones acompañarán al bebé hasta la edad adulta y en algunos casos se podrán manifestar en este momento en forma de síntomas.
¿Cuándo acudir a un osteópata?
La osteopatía pediátrica tiene un papel fundamental, puesto que se propone tratar al bebé cuando su adaptabilidad es máxima, corrigiendo las posibles disfunciones para que el desarrollo normal del futuro adulto ocurra con las menores interferencias posibles. Es evidente la importancia de la osteopatía pediátrica a nivel preventivo, pues potencia la salud del bebé para favorecer su desarrollo futuro
Algunos síntomas que el bebé puede manifestar y que son motivo de tratamiento osteopático son los siguientes:
- Llanto prolongado que no calma.
- Cólicos recurrentes,
- Otitis recurrentes y afecciones del sistema ORL (Otorrinolaringología) como son amigdalitis, faringitis, dificultades en la deglución, etc.
- Alteraciones del sueño tanto por carencia como por exceso,
- Problemas respiratorios, bronquiolitis, exceso de mucosidades.
- Obstrucción del canal lagrimal.
- Plagiocefalias, tortícolis congénita, disfunciones craneales, etc.
- Hiper o hipoactividad.
La osteopatía pediátrica mantiene los mismos principios, el mismo concepto y la misma reflexión que la osteopatía aplicada en el adulto.
Las técnicas suaves e indoloras se adaptan a la edad del bebé, contribuyendo a liberar el sistema corporal de las disfunciones que pueda presentar para potenciar su salud presente y futura.